LA HISTORIA DE KORQUIN
Caleta de Carquín Ha pasado tanto tiempo, pero los recuerdos de mi niñez llegan a mi mente como si fuese apenas ayer. Vuelven como aquel dulce sueño y se repiten en mí una y otra vez. En una mañana cualquiera, de las muchas que he vivido, recordaba vagamente como las campanas de la' iglesia repicaban incesantes llamando a misa; quizás era domingo o un día de fiesta. No recuerdo muy bien, sólo queda grabado en mis recuerdos el bullicioso revolar de las gaviotas que daban cierto matiz alegre a aquella tibia mañana. En las peñas reventaban violenta e incesantemente las olas, haciendo volar minúsculas gotas de agua por los aires. Nosotros nos encontrábamos en la orilla de la playa, observando el hermoso paisaje. Algunos remendaban las redes que los lobos marinos habían destrozado en las duras faenas de pesca; otros, compartían singulares bromas con los amigos dejando escapar la alegría de gratos momentos, las cuales se perdían en burlonas sonrisas o sonoras carcajadas. De pronto, todo