Un poema de Jacques Viau Renaud

Jacques Viau Renaud VI Que los hambrientos comprendan que la vida les pertenece Que el callado plañidor de las calles, edifique con lo que nunca sus manos han tocado. Que el viento socave al armazón del llanto. Es preciso que el silencio deje de secundar nuestra voz. Que las sombras depongan su hostil armadura ante la vida. Precisamos de hombres tristes para hablar del hombre, de mendigos trotamundos para cambatir la bota Que los hombres de la tierra derriben los templos, lancen corazones derribados a los dioses que predican la muerte. Pródiga la muerte que mata al que fecunda. Pródigo el cañaveral que se alza devorándonos. Pródiga la fiebre que nos consume, a pesar de las raíces y de las hojas amargas. Se han congregado. los plañideros para abordar el día. Cuál será ellugar que sus brazos ofrezcan, Cuál el camino que a recorrer invitan? Qué preciado tesoro inventar con sus mentes afiebradas para que yo, sencillo me...