Antonio Ros Soler - Poesías
EN HOMENAJE A ENRIQUE MORENTE COTELO, CANTAOR DE JONDO Y POETA… …Y a su Guitarra. Por un momento ambos se fueron, y no quedó más que el silencio. ¡Ay, Enrique!... Farruquito, Morente, como tú, la matemática entra así en el poema. Te escribo enjaulado en el huero palomar de tu guitarra –cavernáculo sin tu alma- encordada a seis barrotes vibrantes con toda tu luz de nácar y tu voz de hierro, encendida por los Pepes Marchena y Valderrama. Cuando lo hago, mis golondrinas que son tus sienes, rememoran muchas cosas: leen el viento mecido de tus canciones; miran y observan, olisquean, perciben y atan palabras con metáforas y notas, enlazando un vuelo de emociones al clamor de Federico García Lorca. Bodoque e imaginaria de la palabra, tierna y desgarrada, tu voz terrosa y trianera al aire endurecida por el Gallango, humedecen las cóncavas tierras de tu Albaicín, siempre: de tu Graná de la caja, la castañuela, del zapateo; del tablao y de la danza… Y de las palmás del fandango. Lugar de oteo