FACUNDO LIBERTAD “Si se calla el cantor calla la vida porque la vida misma es todo un canto...” cantaba un joven Camilo en los ‘60. Al poeta de la libertad, de la paz, del amor, a Facundo, ¿lo callaron?: Veinticinco balazos y así fueran cien mil, no apagarán su voz. Él era una burbuja llena de hoyitos de donde transmitía su amor por la vida, por el indefenso, por el amigo, por el hermano, por el humano. Él era un rebelde: No a la cobardía No a la indiferencia No a la obligación No a la codicia No a la debilidad No a la urgencia No a la depresión. Él era un místico: Sí al sol, al mar, a los bosques, a los ríos, al aroma de las flores, a la ternura, a decir siempre “Te quiero” al esfuerzo y al descanso, a hacer lo que se ama, a la plenitud. A los ocho años abandonado del padre, aprendió el trabajo del campo. Bebió la sabiduría de la tierra, del campesino. Adolescente conflictivo, terminó en un reformatorio ¡y se escapó! Su mujer y su hija murieron en un avión ¡y se levantó! Le pronostic