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ALETEOS / LAS MÁRGENES OCULTAS DE LA LLUVIA

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Aleteos, Raúl Gálvez Cuéllar. Lima Perú, Alejo Ediciones 2007. Librito de pensamientos, en su segunda edición. “Pequeño de tamaño pero grande en trascendencia conceptual; en su humorismo aderezado con un ingenio personal de ilimitadas dimensiones”. (Texto extraído de la contratapa del libro.) Gran verdad. Las márgenes ocultas de la lluvia. José Pablo Quevedo, Alejo Ediciones, Lima 2003 “Palabra, símbolo y elementos visuales se dan la mano en todo unitario de su arte. Pero, precisamente, en este intento ambicioso de la palabra hecha visión, o acompañada de una propuesta gráfica le permite al poeta una mejor disposición y una posible trascendencia. Allí radica lla originalidad de este autor peruano, que desde muchos años radica en Berlín”. (Texto extraída de la nota introductoria).

MI PRIMERA MASCOTA

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MI PRIMERA MASCOTA Celia Ariza Mendoza La mañana en que llegó a casa prendido del brazo de mi padre, no sólo causó evidente sorpresa en el rostro de mi madre, sino también gran temor en mí, que me encontraba en el afán de armar mi quinto avión de papel. De inmediato escuché a mi progenitora preguntar con fastidio si era de verdad o un sólo un adorno de plástico. La total rigidez de su cuerpo color verde brillante de donde colgaba una larga cola rayada, hacía presumir esa posibilidad. La duda provenía de la sonrisita irónica que mostraba mi padre. La respuesta a la pregunta llegó de inmediato, la dio el propio animalito al abrir la boca y dejar escuchar un resoplido apenas perceptible a los oídos, pero lo suficientemente claro para indicar que era mucho más que un simple adorno. —¡Llévatelo! ¡No lo quiero! ¡Llévatelo! —Gritó mi madre con muecas de desagrado contrariada por la nueva visita. ¡Vamos, llévatelo ya! Siguió vociferando con voz autoritaria. Sus gritos sin embargo,

Cuento: MEDIASUELA

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MEDIASUELA Raúl Gálvez Cuéllar Aunque todos éramos colegas, caras nuevas nomás veía. Más de 200 profesores, sólo de mi colegio, se esparcían entre miles de teachers en esa apoteósica congregación. Era el Día del Maestro. Estuve sentado en un lugar privilegiado: frente a un inmen¬so escenario donde alternaban las mejores orquestas de la Capital. Siempre pensé que uno no busca la suerte, sino que ésta lo busca a uno. Cuando tenía dieciocho años y asistí a mi primer banquete en Huaraz, me acomodaron entre dos reinas de belleza: era el Día del Telegrafista, …eso recordaba. Ahora éramos los maestros sombreados por la flora, en largas y paralelas mesas con límpidos manteles. Bonito era el Recreo de la carretera central. Nada especial pasaba que no fuera la rutina de conversa¬ciones triviales. Pero se me acaba de ocurrir, ¡cómo es la me¬moria!, que las personas que buscan las mejores ubicaciones, siempre tienen cara de insatisfechas. Fue una buena comilona de varias pachamancas. Habían docent

ARTE REGRESIVO / DE MI SOMBRERO

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ARTE REGRESIVO José Pablo Quevedo/Raúl Gálvez Cuéllar Ediciones VL. Lima Perú. "DIALECTARIO Y OLAS REGRESIVAS se unen en dos orillas poéticas y regresan con cara diferente al mismo pecho del mar que creó su propia naturaleza y enseñan un lenguaje nuevo y variado. llevan su contenido en un espiral y el ritmo del caracol a otras orillas de la tierra." Tomado del Prólogo del libro. "En donde hay una ventana hay una nube que está detenida,mirando lo que se va, lo que de continuo crece o se vuelve. (de OLASREGRESIVAS de JPQ)" DE MI SOMBRERO. Raúl Gálvez Cuéllar Ediciones Viernes Literarios. Lima Perú. Primera Edición. Marzo 2009. Este trabajo reflexivo nos presenta 500 aforismos afilados y concisos. "Consolida de alguna manera por decir , esa búsqueda de alimentar a su público lector de sesudos textos reflexivos y brevísimos respecto a esa dicotomía que sigue siendo un misterio, la vida y la muerte; mientras tanto que en su calidad de filósofo sa

Cuento RETRETE

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RETRETE Raúl Gálvez Cuéllar No tenía otra opción que subir a la azotea, y entonces me dirigí hacia la escalera. La azotea abierta a los rayos del sol o al frío de las noches, recibía los vientos por sus cuatro lados descubiertos. Era un tercer piso con algunos materiales de construcción y cosas en desuso que se avientan desordenadamente, a veces sin llegar a ella, es decir, desde los últimos peldaños de esa también pro¬visional escalera de madera. «A la azotea», decíamos con esa plancha vieja sin remedio, con la lámpara mastodónica o con los radios antiguos que al fin se renovaban. Azotea de zapatos inservibles, armazones de bicicletas, ladrillos, bolsas de cemento, y hasta de costales con libros, después de «arreglar» la biblioteca y ver que ya no había espacios en los anaqueles. Ah, cocinas destartaladas, herramientas varias, y hasta un aroma de geranios desde algunas macetas, ...y todo esto entre mangueras, mesas, sillas y cajas con cachivaches... ¡Pero qué claras se ven

Pedro Arenas Vivas

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Es natural de la provincia de Yauyos, trabaja como educador en su ciudad natal. Ha publicado los poemario Sembrando, y Pétalos de Poesía que presentó en el II Encuentro de Poetas y Narradores realizado en la ciudad histórica de Huaura. Actualmente ostenta el cargo de Presidente de la Sociedad de Poetas y Narradores, filial Yauyos. YAUYOS Yauyos… Recorres mi sangre, Mis pasos, Mi vida De canto a canto; caminas, caminas dolorosamente por mi angustia y asciendes lentamente hasta mis ojos, brotando una lágrima por ti… Hoy a la hora matinal de tu gente …me invade tu eterna soledad, tu rostro dolido, tu dolor; eres el CRISTO crucificado a quien le pedimos todo, todos y …nadie hacemos algo por ti, Yauyos…!!! eres la vida que nos da vida; Señor de CACHUY Bendice mi tierra Para que sea ubérrimamente Eterna. Yauyos, naciste indomable, Preincásicamente guerrera, jamás…!!! jamás tus rodillas conocieron el sabor del suelo, nunca tu frente deslizó gotas de sombra en las páginas de tu historia; Hoy,

KLM, Vuelo 236 - Cuento de Jorge Aliaga

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KLM, Vuelo 236 Por: Jorge Aliaga Cacho Al llegar al aeropuerto escucharon por el auto parlante: KLM, anuncia la salida de su vuelo 236, con destino a la ciudad de Londres, pasajeros dirigirse a la puerta de embarque número dos. Estaban felices. Paseaban por los corredores del Jorge Chávez. Qué importante era, para él, viajar a esa ciudad que conocía, tan sólo, a través de los documentales de Pepe Ludmir. Las imágenes de Shakespeare, Churchill, y Los Beatles, relampagueaban en su mente. Qué bello era para Flavio la alegría de saber que ella le correspondía. Había pasado horas esperando el vuelo en aquel aeropuerto limeño. Ella era dulce y vital. ¡Tanta bondad en su mirada! ¡Tanta seguridad en su paso! Una beldad encapsulada en un alma pura. Vestía un atuendo de algodón blanco, a la usanza de las nativas ecuatorianas, con bordados de flores. Ella misma era una flor, quiso decirle. La tomó de la mano. La atrajo hacía sí, abrazándole la cintura, para besarla. Flavio lucía enfermo, esquelé